domingo, 11 de noviembre de 2007

Vida y Obra del Gordo de Nintendo

El Gordo de Nintendo, otro personaje clásico de Tristán. Sí sí, los que lo han visto saben que su manera de ser, su imagen, la carpa que lleva a Tristán y sus precios no pueden ser casualidad, por eso me adentré en los submundos de Tristán recopilando información sobre él, al mejor estilo April O’neil.

Lo que traté de esclarecer con esta investigación de meses es cómo a este tipo le da la cara para vender el Mario 3 de NES a 250 pesos.

Para evitar detalles engorrosos y vergonzosos no voy a decir cómo conseguí los datos, y voy directamente a las conclusiones, reforzándolas con pruebas científicas irrefutables.

Espero que esta historia verídica haga que todos veamos el trasfondo y la riqueza del Gordo dealer de juegos, y así entender por qué sus juegos salen lo que salen.


Vida y Obra del Gordo de Nintendo.

Empecé tratando de responder una pregunta sencilla: ¿Cómo consiguió tantos juegos?
Mi primer deducción fue que tenía un videoclub donde los alquilaba, o un World of Nintendo, algo así… error. La respuesta final e innegable me tomó por sorpresa:

Al parecer, en su juventud nuestro dealer de nintendo favorito estaba out del tema de los videojuegos, tenía una única pasión; el modelismo naval. De pequeño construyó más de 127 modelos a escala de barcos legendarios, supongo que hasta los nombraba cariñosamente, pero no viene al caso. Esta afición lo llevó a construirse un barco tamaño natural a la edad de 24, cuando tomó la difícil decisión de navegar solo por el mundo.

Una noche tras una terrible tormenta en alta mar el barco se da vuelta y El Gordo pierde el conocimiento, despertando días más tarde en una isla desconocida en algún lugar del Pacífico. Débil y deshidratado el futuro capo de Tristán lucha por su vida, vagando por la isla y comiendo lo que la madre naturaleza le proporciona.

Meses pasaron hasta que descubrió que no estaba solo en la isla. Encontró huellas, huellas no humanas, pero sus años de boy scout/constructor de navíos miniatura le decían que esas huellas eran de seres que caminaban erguidos.

En efecto, la isla en la que despertó estaba habitada por animales humanoides liderados por su creador Marlon Brando.

Con su olor, la barba y demás vellos del cuerpo crecidos, El Gordo pudo mimetizarse entre los animales a la perfección, evitando una muerte segura en las garras de estos extraños seres.

Poco a poco fue ganando la confianza de Gork, el líder de la manada del este. Gork lo entrenó y lo trató como a un hijo. Le enseñó el respeto, las costumbres de los animales, los estilos de combate utilizados para la protección de la manada… le enseñó a amar.

Marlon Brando al escuchar el rumor de que Gork tenía un nuevo protegido, vio la oportunidad de explotarlo para su propio entretenimiento. Secuestrando a Gork y colgándolo sobre un lago infestado de cocodrilos, le propuso al Gordo una única oportunidad de salvarlo, todo o nada. Si lograba salvar a Gork sería libre y podría volver a su casa con todos los gastos pagos, si no Gork y él sufrirían una terrible muerte.

El Gordo que estaba en su mejor estado físico logró salvar a Gork de la forma más impresionante, Marlon quedó atónito. Para festejar su proeza, Marlon lo invitó a pasar y tomar un Whisky con él, y de paso charlar un rato.
El Gordo se sorprendió sobremanera cuando vio que Marlon tenía cientos, si no miles de modelos de barcos en su living comedor. Tenía hasta un submarino
Ha-19 Midget… ¡que belleza! Al Gordo se le cayeron las lágrimas… comenzó a recordar lo que era ser un humano.

Permaneció semanas con Marlon Brando, examinando los modelos y día a día fue encariñándose con él, y compartiendo otra afición que había atrapado a Marlon desde el 82; los juegos de nintendo. Marlon tenía todo; le traían embarques enteros a la isla con consolas y juegos originarios de Japón. El 11% de las ganancias de nintendo en los 80 se debía a la adicción de Marlon (y ahora tambien del Gordo) por los jueguitos.

Pero claro, esa isla era una bomba de tiempo. Todos esos animales, inadaptados por naturaleza, y sin supervisión se revelaron un día matando a casi todos los guardias. Los pocos sobrevivientes se tiraron al mar y nunca más se supo de ellos. El Gordo y Marlon, asustados por el motín, se encerraron en una bodega donde guardaban todos los juegos que hoy tenemos la oportunidad de ver en su stand de Tristán.

Los animales se abrieron paso a mordisco y arañazo por la Mansión Brando hasta llegar a la bodega. Saltando por un agujero, una boa constrictor humanoide acogotó a Marlon Brando quien con su último aliento le dijo al Gordo: “Los juegos gordo… salvá los juegos”.

Uno a uno los animales entraron en la bodega. Uno a uno fueron cayendo a manos del Gordo. Estaba totalmente desacatado, furioso. Su amigo Marlon le pidió que defienda los juegos, y eso iba a hacer. Exterminó a la población completa de la isla en una lucha salvaje que duró casi una semana non-stop.

Los juegos quedaron intactos (como puede comprobar cualquiera que vaya a Tristán en la actualidad), pero El Gordo quedó herido y desanimado.

Usando un manojo de cadáveres de hombres rata como balsa, El Gordo escapó de la isla encontrando el camino de regreso a la civilización… se llevó a los jueguitos con él. Un verdadero héroe.

Como ven esta historia responde muchas preguntas más que la inicial de ¿porqué tiene tantos juegos?

Vemos el por qué de la carpa que lleva a Tristán (evidentemente pertenecía a Marlon Brando, quién por sus problemas de piel sensible debía usarla para estar en su isla al aire libre). También se explica por qué tiene un look parecido a Marlon Brando y se sienta y actúa como él (le copia en todo por respeto y amistad).
Finalmente los precios exorbitantes que pone a sus productos son más que justos si tenemos en cuenta que debió luchar con garras y dientes un combate descomunal contra miles de animales salvajes para proteger cada juego. Por eso cada vez que le piden una rebaja, su mente vuelve a esos horrorosos momentos, esa épica batalla, ese desgarre emocional, y se ve obligado a decir que no, a hacerse valer... tiene razón en vender el Mario 3 a 250 pesos… tiene toda la razón

Ahora que todos tenemos esto claro, no puedo expresar más que respeto y admiración hacia este tipo. Un verdadero ejemplo de vida. Y los invito a preguntarle personalmente todo lo que quieran saber sobre esta historia, El Gordo de Nintendo es una persona muy abierta y estará dispuesto a hablar en una buena, contarles qué pasó con Gork, cómo fue rescatado, y todos los detalles que adrede no quise especificar, para que todos tengan la suerte de escucharlos del valiente Gordo en persona.


4 comentarios:

Federico Medina dijo...

La vez que fui por Tristan y vi ese lugar, también me quede sorprendido luego de ver los precios en que vendía los juegos de Nintendo.

Gracias a este reportaje ahora puedo entender perfectamente estos precios.

No cualquiera pelea a puño limpio por una semana entera para salvar unos cartuchos de Nintendo.

Me saco el sombrero ante el gordo de Tristan.

Anónimo dijo...

Después de enterarme de la heroica historia del pobre gordo creo que debería cobrar 500 pesos por los videojuegos POR LO MENOS. Con todo lo que sufrió el pobre...

Anónimo dijo...

a mi me cobro 300 pesos un adaptador de super a game boy y hasta le puso el sello de garantia, me parece que el gordo chanta este se cree que esta en los 90 y que esta vendiendo juegos nuevos... para mi que las alimañas esas le arrancaron un pedazo del cerebro... va con todo el amor del mundo...

ernestorx dijo...

Acabo de llegar de tristán y el gordo se peló por completo. Está igualito a su viejo amigo Marlon.